sábado, 28 de mayo de 2011

El Carlos Goñi más mestizo


Un chorrito de ‘Argán’; el toque embriagador de Marrakech; y un 100% de ‘Revolver’. Tres ingredientes esenciales para el nuevo trabajo discográfico de Carlos Goñi en el que se ha dejado impregnar por la cultura árabe.

-¿Por qué un rockero como usted a estas alturas de su carrera se deja seducir por los ritmos árabes en esta nueva aventura discográfica?
-El Magreb me caló hace mucho tiempo, como unos diez años. Pero, fue concretamente hace cuatro cuando viajé a Marrakech. Yo siempre digo que las ciudades te eligen no las eliges tú a ellas y este fue el caso. Me enamoré de esta maravillosa ciudad, de sus gentes. Después he hecho muchos más viajes allí porque me di cuenta desde el primer día que tenía tanto que aprender en Marrakech que no valía la pena ponerme fecha para empezar un nuevo disco.
-Ha elegido para el título de su disco el nombre de un árbol autóctono marroquí, el Argán, que da un aceite que dicen tiene unas extraordinarias propiedades terapéuticas, cosméticas…¿Responde a algún motivo en especial?
-Sí, éste es un arbusto que, como bien dice, tiene una particularidades especiales en las cuales me siento identificado. Se trata de un árbol que plantea sus propias normas, ya que no se puede trasplantar, tan solo puede crecer y desarrollarse en los bosques de las ciudades de Essaouira y Agadir, y da un fruto que hasta que no muere en el propio árbol, no se puede coger.
-¿Qué hay y que no hay de ‘Revólver’ en ‘Argán’?
-Hay ‘Revolver’ 100%. Lo mejor de todo es que no se hacer un proyecto que no sea personal. Yo he tenido mucha suerte en la música, ya que no me he ceñido a un estereotipo y, por tanto, he podido crecer como persona y como músico. Esto no es muy habitual en el mundo del pop, en el que tal y como he dicho, se crea un estereotipo de éxito y luego te dedicas a repetirlo. Mi interés por seguir esa fórmula es nulo.
-¿Y cómo están encajando sus seguidores este mestizaje de ‘Revólver’?
-La respuesta de la gente ha sido entre la euforia y la sorpresa. Mejor de lo que yo me imaginaba mientras lo estaba grabando. Les he pedido a los seguidores de ‘Revólver’ que se dieran una oportunidad con el disco y me la dieran a mi también, que no juzgaran y que se ocuparan de disfrutar. Me atrevo a decir en estos momentos que ‘Argán’ va a ser uno de los discos de más larga trayectoria de toda mi carrera.
-Tengo entendido que en la grabación del disco la montaña fue a Mahoma..
-Pues sí, yo no quería traer a España a los músicos marroquís. Ese no hubiera sido el aroma o la esencia del disco. Así que desmontamos el estudio de grabación que tengo en Valencia y lo volvimos a montar en una casa muy grande que alquilamos en Marrakech y donde nos encerramos durante tres semanas con los músicos para grabar los temas, en el ambiente determinado que tenía que ser.
-Hasta ha aprendido a tocar el ‘mandolud’…
-Sí, es una guitarra mitad mandolina mitad laud árabe. Cuando grabé el primer tema con este instrumento fue uno de los días más bonitos…
-Se nota que ha disfrutado mucho con este disco mestizo…
-Si, yo soy multicultural, multirracial y ocurra lo que ocurra con el disco, yo ya puedo decir que he salido ganando al convivir con estas gentes y al haber podido trabajar con estos músicos. Además, después de los conciertos previstos en España volvemos a Marruecos para ofrecer otros cuatro conciertos. Estoy feliz.

viernes, 27 de mayo de 2011

El viaje de Kalilu


Kalilu Jammeh decidió un buen día recordar el horror y contarlo para evitar que otros africanos como él repitieran su hazaña: Llegar al paraíso europeo atravesando un auténtico infierno, minado por la maldad y la codicia humana. El viaje que muchos inmigrantes inician solo lo acaban un cinco por ciento que después de tanto sufrimiento se ven obligados a deambular por las calles del Occidente próspero, que gira la cara a su paso.

Sus ojos no engañan y, a pesar de su semblante tranquilo, en su mirada trasciende cierta tristeza y un cansancio acumulado difícil de superar ni en años y años de reposo. Porque Kalilu Jammeh vivió en tan solo 18 meses todo el horror y la miseria de la que la condición humana es capaz movida por la maldad y la codicia. Durante este tiempo, la muerte fue su compañera y la fe su fiel aliada en un viaje a las mismas entrañas del infierno que relata ahora en el libro “El viaje de Kalilu”, un estremecedor testamento en vida de su periplo desde su país, Gambia, hasta Europa, y que ha presentado en Valencia. 17.345 kilómetros recorridos en año y medio en busca del paraíso europeo atravesando desiertos, ciudades, montañas.. en un itinerario diabólico a pie, en autobús, coches, furgonetas, camiones…, y presenciando hasta seis muertes de compañeros de viaje, a la semana.

“Antes de salir de mi país, yo nunca vi la muerte y en mi viaje, llegué a acostumbrarme a ella”, explica en un español rudimentario pero comprensible. Puedo imaginar le resultará difícil hacer entender cómo un ser humano puede acostumbrarse a un compañero de viaje tan ingrato. Y es que Kalilu, en el transcurso de su trayecto veía día a día, como si de una rutina macabra se tratara, morir a su lado por diferentes motivos a hombres y mujeres jóvenes asesinados por los ladrones, de inanición, deshidratación, y cansancio extremo, picaduras de insectos y serpientes, violaciones, palizas, de locura, y un largo etcétera de ignominias en la más pura falta de respeto por la dignidad humana que propiciaban los llamados kocseur, especie de intermediarios que trafican con los inmigrantes entre diferentes países del continente africano.
Hay pasajes del libro de Kalilu difíciles de digerir y que, en ocasiones, logran que detengas la lectura ante tanto horror descrito. Cita Kalilu, por ejemplo, como abandonados a su destino en el desierto, tenían que beberse su propia orina para poder saciar la sed: “La vida humana vale bien poco en este viaje -explica-, solo la fe te ayuda para poder continuar”. La fe en su Dios musulmán y en esa Naturaleza que, a pesar de todo, lograba sorprenderle, mientras un manto negro se extendía por doquier: “Después de haber contemplado tanta muerte y miseria, el espectáculo que ofreció la salida del sol en el desierto fue un regalo para el alma”, relata Kalilu en la página 51 de su libro.
Este hombre de 38 años no tiene ahora otra obsesión más que hacer llegar su mensaje a cuantos africanos y africanas puedan oirle para convencerlos de que desistan en su decisión de viajar a Europa. “Los medios de comunicación solo cuentan el viaje en patera, cuando este es el final de un trayecto que está siendo un genocidio para todo un continente donde aumentan más y más las viudas y los huérfanos”, afirma tajante.
“Muchos de los que sobreviven deciden no recordar y olvidar para poder seguir viviendo, pero yo he optado por contar qué es lo que realmente pasa en memoria de todos esos compañeros que se quedaron en el camino y de los cuales nunca más se supo”, concluye Kalilu.

jueves, 26 de mayo de 2011

Carles Cano, el hombre que cuenta cuentos

Lleva treinta años contando cuentos y ha conseguido también vivir del cuento todo ese tiempo. No está para cuentos si no le hablas de ellos por que el cuento es su vida y su vida puede que sea un cuento con final feliz, ya que se la gana haciendo lo que más le gusta. ‘Erase una vez, Carles Cano, cuentacuentos y escritor’.


-El cuento es tratado de una forma peyorativa en el argot popular: ‘Vivir del cuento’, ‘No estoy para cuentos’, etc. ¿A qué cree que es debido?.
-Digamos que en los años 40- 50, el cuento era un divertimento tradicional. No había televisión entonces y la Literatura era una necesidad entre la gente del pueblo, una necesidad basada en la rondallística popular, los sucedidos, etcétera. El cuento era, por tanto, una ficción, una fantasía, una mentira, en definitiva y, de ahí, las expresiones que menciona y otras como ‘Me estás contando un cuento’.

-¿Que aptitudes ha de tener un cuentacuentos que se precie para ‘enganchar’ al público con el relato sin que se mueran de aburrimiento?.
-Hay unas aptitudes en el cuentacuentos que, o las tienes o no, ya que contar un cuento es un arte y hay que tener un talento especial para contarlos de manera profesional y poderte ganar la vida. La experiencia también es un grado. Resulta de vital importancia creerte lo que estás contando, que te interese la trama en el sentido forense del término. Casi siempre, el cuento te elige a ti y has de hacerlo tuyo.

-Usted es escritor de Literatura Infantil y también escribe sus propios cuentos. ¿Resulta más fácil contar un cuento si sale de su imaginación?.
-No necesariamente. Tengo escritos un centenar de cuentos y tan solo ultilizo en mis sesiones una docena. Yo diferencio entre los cuentos literarios y los tradicionales o populares. Los primeros resultan artificiosos a la hora de contarlos, poco naturales. El cuento popular es el que nació para ser contado.

-¿Y por qué se infravalora tanto al cuento en comparación con la obra narrativa o literaria?.
-Pues no lo se porque el cuento es la primera puerta a la Literatura y es un instrumento valiosísimo para desarrollar y fomentar la imaginación en el niño. Estudios sobre Hermenéutica ya han analizado esta cuestión, el efecto y valor del cuento en el aprendizaje infantil. Contar un cuento genera estima, es como si te regalaran las palabras. Los cuentos hablan de emociones, dan explicaciones que van directas al corazón de las personas y también te enseña a escuchar, algo que hoy en día está bastante en desuso, sobre todo cuando ves los programas de televisión.

-¿Y, dígame, cómo decide uno que quiere ser de profesión, cuentacuentos?.
-Por casualidad. Yo era maestro y comencé escribiendo. Cuando tenía ya un par de libros publicados me llamaron de un colegio para que leyera uno de ellos que tenía una extensión breve. Como el libro se leía en un cuarto de hora escaso y tenía que llenar una hora, me preparé un cuento para ser contado y poder interactuar con los niños. A partir de ese momento, comenzaron a llamarme de otros colegios y, así, hasta ahora.

martes, 24 de mayo de 2011

Uiso Alemany: Un tiempo, un espacio


Su estudio en la huerta de Alboraya se le queda pequeño cuando otea el horizonte en busca de rincones inspiradores para su arte. En perspectiva, Essaouira. En el corazón, Batabanó. Siempre, Sao Paulo y mientras, el Centro del Carmen, donde ha inaugurado la exposición ‘Un tiempo, un espacio’.

-Treinta años han tenido que pasar para que podamos ver la obra que realizó junto a Vicente Peris.
-Sí, la exposición del Centro del Carmen mostrará las telas de gran formato que realizamos en la década de los ochenta. Durante un año, el Centro del Carmen fue nuestro estudio, en una época en la que Valencia estaba muerta. Vicente venía de Alemania y yo de Estados Unidos, antes también había estado en Alemania y en estos países descubrimos el expresionismo, el informalismo, la abstacción… y, al volver y reencontrarnos, decidimos hacer algo serio y ahí, en el Carmen, nació esta obra que ahora se muestra tras haber sido restaurada por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, y con un leiv motiv común: un tiempo y un espacio.
-Tiempo y espacio a los que usted reta constantemente porque en su dilatada trayectoria no ha parado de viajar y trabajar fuera de Valencia..
-Me gusta salir de mi estudio en la huerta de Alboraya porque sus cuatro paredes me aprisionan y no te dejan libertad. Llega un momento en el que ese espacio del estudio te absorbe y debe ser al contrario. Eres tú el que tienes la necesidad de absorber las vivencias del exterior. Sí, viajo mucho y trabajo también, si puedo, fuera y si no conozco el idioma del lugar, mejor.
-¿A que se debe esa preferencia?
-La esencia está en los gestos, en la forma de mirar, en el comportamiento de la gente. Para los artífices plásticos estos aspectos nos cautivan mucho, quizá para un literato sea diferente, pero a mi como pintor me interesa mucho el tema gestual de las vivencias.
-¿Y en qué lugares del planeta ha encontrado más inspiración?
-Me ha interesado siempre lo primitivo, las cosas más auténticas, lo esencial. Me gustan mucho los desiertos, por ejemplo. En mi obra intento siembre acceder a aquello que está por debajo de la realidad, aquello que no es evidente y en todos los pueblos más primitivos, encuentras con facilidad todo esto de lo que le estoy hablando.
-Desde hace unos ocho años aproximadamente mantiene un vínculo especial con Brasil ¿cómo surgió ese flechazo con una ciudad como Sao Paulo?
-En el año 2003 realicé una exposición allí y el director de la pinacoteca donde expuse vino a visitarme posteriormente a Valencia y me dijo: ‘Uiso, tu obra tiene fuerza, has de venirte a Brasil’. Me preparan un estudio en Pernambuco para que trabajara y me organizan diversas exposiciones en diferentes museos de todo el país. Y en todo ese tiempo, poco a poco, comienzo a enamorarme de Brasil y de sus gentes que son maravillosas, con esa alegría de vivir y terminé comprándome un estudio en Sao Paulo. En noviembre próximo tengo una exposición allí. Me marcharé en octubre y quizá el final de año lo pase en Cuba.
- ¿Y por qué en Cuba, si no es mucha indiscreción?
-Allí, en Batabanó, tengo un amigo pintor, José Mederos. Me deja su estudio para pintar. La última vez que le visité hicimos un manifiesto dadaista enloquecido. Los cubanos también saben disfrutar de la vida, lo pasamos muy bien…
-Y ya que estamos, algún proyecto más que le lleve a otro lugar del mundo…
-Para el año que viene una fundación marroquí me ha invitado a que pase un par de meses en Essaouira para pintar.
-¿No para, eh?
-La inquietud no la he perdido, la llevo en los calcetines.
Foto: Silvia Peris

domingo, 22 de mayo de 2011


En alguna que otra ocasión he dicho que hay libros que te eligen a ti y no al contrario. Y esto es algo fascinante porque las veces que así ha sucedido, le he tenido que agradecer una y mil veces a ese cupido literario que sobrevuela por mis librerías favoritas de Valencia, el certero arqueo de su flecha mágica. Andaba yo trasteando por la París-Valencia de la calle Pelayo, en la sección de libros de saldo...Me dejo caer de vez en cuando por el puro placer de mirar, tocar libros, curiosear, etc, en espera de que se de ese momento de magia que he descrito anteriormente. Y sucedió. Cayó en mis manos de una forma absolutamente providencial "La biblia envenenada" de Barbara Kingsolver, una autora de la que no tenía ninguna referencia. Compré el libro sin dudarlo, en la edición de Verticales de Bolsillo y tras leer la leyenda que figuraba en la portada, rescatada seguramente de la sección de libros del The New York Timess, y que dice así: "El poderoso libro de Barbara Kingsolver es realmente una novela decimonónica, una historia de redención y pecado". Me permití echar un vistazo a la contraportada para comprobar de qué iba y me sedujo totalmente saber que era una historia contada a cinco voces, cinco mujeres: Cuatro hermanas y la madre y esposa de un pastor baptista en el Congo colonial. La novela es fascinante y está contada de una forma magistral, una prosa vigorosa, de gran fuerza, descriptiva. Kingsolver adentra al lector en la espesura de ese Congo en la antesala de su independencia y narra las vivencias de estas cinco mujeres, de personalidades dispares, a través de cuyas palabras conocemos las diferentes formas de interpretar una realidad que les es hostil al tiempo que las seduce y fascina. No voy a desgranar los pormenores de esta magnífica novela que me ha hecho buscar otras de la autora y que ma ha convertido en una fiel seguidora de la prosa de esta escritora estadounidense que acaba de sacar novela recientemente: Laguna (Lumen), galardonada con el Orange Prize 2010.

sábado, 7 de mayo de 2011

Xavi Castillo se estrena como editor


‘Això ho pague jo!’. El humorista valenciano, se estrena en la edición de libros con este título, un tebeo conmemorativo que repasa su trayectoria y que debía haber publicado Bromera. La polémica siempre acompaña a este actor haga lo que haga.

-¿Qué podemos encontrar en ‘Aixó ho pague jo!’?
-Es un libro collage que recopila imágenes, textos de compañeros, y algunos de mis monólogos, con alusiones también a los escándalos que se han montado con mis espectáculos censurados.
-¿Por qué la editorial Bromera decidió no publicar su libro aún habiéndoselo encargado?
-Su director tuvo miedo a última hora, ya que la editorial trabaja con colegios concertados y mis críticas a la Iglesia y el Papa en mis espectáculos recogidas en el libro, les tiraron para atrás.
-De cualquier forma, usted decidió seguir con el libro.
-Sí, me fastidió esta decisión de Bromera y me dije: ‘Otras, también aquí, en el mundo editorial, hay miedo y censura…’. Tenía varias opciones, que otra editorial se hiciera cargo o dejar de lado el proyecto. Al final, decidí editar el libro yo.
-Se acostumbra uno a ver censurados y vetados sus espectáculos…
-Los ayuntamientos del PP vetan y censuran mis espectáculos, pero yo creo que no se puede privar a todo un pueblo de ver mis montajes, puesto que no todos los habitantes de una misma población votan a ese partido y, por tanto, el resto tiene derecho a tener la opción de verme. Pero, lo más alarmante es que se tomen con normalidad el veto y la censura, así como ya se toma con normalidad la corrupción.
- ¿Ha sido denunciado por alguno de los personajes objeto de sus parodias?-No. A mi no me pasa como a Leo Bassi que sí tiene procesos judiciales pendientes. Conmigo utilizan otro sistema: Me ignoran totalmente hasta el punto de no mencionar mis espectáculos en publicaciones como ‘El Teuladí’, que edita la Diputación de Valencia.
- ¿Le molesta que le califiquen de ‘bufón’?
-No. Yo hago teatro popular, teatro de la plaza del pueblo, el de toda la vida, el teatro de los juglares medievales. Intento hacer sátira diciendo la verdad.
- ¿Y qué opinión tiene sobre el enfrentamiento del sector con Teatres de la Generalitat?
-Tengo un sentimiento encontrado pero creo que el Teatro no es subvención y, menos aún, con carácter vitalicio a compañías concretas y siempre las mismas. Yo nunca he jugado a ese juego. Soy un bicho raro.