jueves, 26 de mayo de 2011

Carles Cano, el hombre que cuenta cuentos

Lleva treinta años contando cuentos y ha conseguido también vivir del cuento todo ese tiempo. No está para cuentos si no le hablas de ellos por que el cuento es su vida y su vida puede que sea un cuento con final feliz, ya que se la gana haciendo lo que más le gusta. ‘Erase una vez, Carles Cano, cuentacuentos y escritor’.


-El cuento es tratado de una forma peyorativa en el argot popular: ‘Vivir del cuento’, ‘No estoy para cuentos’, etc. ¿A qué cree que es debido?.
-Digamos que en los años 40- 50, el cuento era un divertimento tradicional. No había televisión entonces y la Literatura era una necesidad entre la gente del pueblo, una necesidad basada en la rondallística popular, los sucedidos, etcétera. El cuento era, por tanto, una ficción, una fantasía, una mentira, en definitiva y, de ahí, las expresiones que menciona y otras como ‘Me estás contando un cuento’.

-¿Que aptitudes ha de tener un cuentacuentos que se precie para ‘enganchar’ al público con el relato sin que se mueran de aburrimiento?.
-Hay unas aptitudes en el cuentacuentos que, o las tienes o no, ya que contar un cuento es un arte y hay que tener un talento especial para contarlos de manera profesional y poderte ganar la vida. La experiencia también es un grado. Resulta de vital importancia creerte lo que estás contando, que te interese la trama en el sentido forense del término. Casi siempre, el cuento te elige a ti y has de hacerlo tuyo.

-Usted es escritor de Literatura Infantil y también escribe sus propios cuentos. ¿Resulta más fácil contar un cuento si sale de su imaginación?.
-No necesariamente. Tengo escritos un centenar de cuentos y tan solo ultilizo en mis sesiones una docena. Yo diferencio entre los cuentos literarios y los tradicionales o populares. Los primeros resultan artificiosos a la hora de contarlos, poco naturales. El cuento popular es el que nació para ser contado.

-¿Y por qué se infravalora tanto al cuento en comparación con la obra narrativa o literaria?.
-Pues no lo se porque el cuento es la primera puerta a la Literatura y es un instrumento valiosísimo para desarrollar y fomentar la imaginación en el niño. Estudios sobre Hermenéutica ya han analizado esta cuestión, el efecto y valor del cuento en el aprendizaje infantil. Contar un cuento genera estima, es como si te regalaran las palabras. Los cuentos hablan de emociones, dan explicaciones que van directas al corazón de las personas y también te enseña a escuchar, algo que hoy en día está bastante en desuso, sobre todo cuando ves los programas de televisión.

-¿Y, dígame, cómo decide uno que quiere ser de profesión, cuentacuentos?.
-Por casualidad. Yo era maestro y comencé escribiendo. Cuando tenía ya un par de libros publicados me llamaron de un colegio para que leyera uno de ellos que tenía una extensión breve. Como el libro se leía en un cuarto de hora escaso y tenía que llenar una hora, me preparé un cuento para ser contado y poder interactuar con los niños. A partir de ese momento, comenzaron a llamarme de otros colegios y, así, hasta ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario