domingo, 5 de junio de 2011

Michel Corajoud, paisajista


Es el paisajista más famoso de Francia, ganador de la primera‘Biennal Europea del Paisatge 2010’. Conocido por sus reflexiones sobre el horizonte en el paisaje, aborda sus realizaciones en un intento de armonizar la ciudad con la Naturaleza, lo urbano con sus límites y sus periferias. Ha visitado Valencia estos días para pronunciar una conferencia en el Instituto Francés.

Para empezar y poder centrar el tema. ¿Qué hace, a qué se dedica un paisajista?
-No me gusta mucho contestar a esa pregunta porque, afortunadamente, los paisajistas tenemos la suerte de tener un trabajo que, en su concepción, se encuentra abierto a muchas definiciones y disciplinas. Si elijo contestar esta pregunta, estaré restringiendo su definición pero, digamos que, en el pensamiento paisajístico, mi trabajo está abierto a un diálogo permanente con otras disciplinas y que, por tanto, resulta muy dificil definirlo.

-En el folleto explicativo de su conferencia lo definen como un poeta urbanista. Probemos suerte, ¿igual le gusta esta definición?.
-Le diré más.(rie). Se suele decir que los paisajistas queremos expandirnos, ya que hacemos incursiones en la Arquitectura, el Urbanismo... etcétera. Esto tiene mucho que ver con el concepto de Horizonte. Cuando me proponen un trabajo en el que debo tratar un territorio, siempre quiero ver más allá de ese territorio, pretendo ver cómo ese territorio se incorpora con el resto de elementos y con el horizonte... Esta es, fundamentalmente, la visión del paisajista.

-Usted dice mostrarse partidario de armonizar en las ciudades la arquitectura con el paisaje de una forma sostenible. ¿Cuál es la propuesta que lanza en este sentido?
-La gente habla mucho de desarrollo sostenible y pocos saben de qué se trata. Yo no soy un paisajista obsesionado por la Naturaleza, pero sí he de reconocer que me gusta mucho el paisaje agrícola del centro de España y, de hecho, su observación me ha servido de mucho en mi carrera. Para mí, el paisaje del campo es una buena introducción a la hora de aplicarlo a la ciudad y el trabajo de los campesinos en los paisajes españoles es un buen ejemplo. Se trata de un trabajo humano, nada artificial, paisajes que han sido modelados por el hombre de una forma arcaica y sin la intervención de la técnica. Mi estética se basa en la relación existente entre las formas irregulares de los paisajes españoles y la carga que quiere darle el ser humano. Formas redondas en las columnas de las ciudades y las formas lineales de los campos en un diálogo permanente entre ser humano y Naturaleza.

-En este contexto ¿qué papel juega el horizonte en su obra paisajística?.
-El horizonte tiene una particularidad dentro del paisaje y es que es algo poroso, como transparente, que no tiene fronteras o elementos verticales, no hay límites. La noción de horizonte está más presente en el campo que en la ciudad. Yo creo que la ciudad moderna ha perdido ese punto de fuga del horizonte y, por tanto, esa conexión con el campo y cada vez se está encerrando más y más en sí misma.

-¿Qué opinión le merece el diseño paisajístico de una ciudad como Valencia?
-No lo conozco del todo, pero ¿quién decidió transformar el cauce del río en un paseo?. Esto igual es un problema en el futuro ¿no?.

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