viernes, 3 de junio de 2011

Manu Chao y el otro mundo posible

Manu Chao, cantante de origen francés y líder del movimiento antiglobalización surgido a finales de los 90, es un referente para los jóvenes del movimiento 15M. Sus pronunciamientos a favor de diferentes causas izquierdistas y libertarias lo han convertido en un icono bajo la bandera de ‘Otro mundo posible’, lema del Foro Mundial de Porto Alegre de 2001.


-¿Por qué reniega del liderazgo que se le atribuye como estandarte de movimientos antiglobalización y libertarios?

-Yo no soy líder de nada. Sí soy consciente de que tengo mayor facilidad para acceder a un micrófono a diferencia de otras personas anónimas y sé también que ese hecho me confiere cierta responsabilidad, pero rechazo la posición de líder porque un líder es alguien fácil de corromper. Esa posición no trae nada bueno para el movimiento que dicen abandero y que debe constituirse en horizontal, ya que cuando se transforma en una estructura piramidal, el sistema sabe sacar muy buen partido de ello.


-Y ya que habla del sistema. Jóvenes de toda España han salido a la calle para reivindicar ese ‘Otro mundo posible’ a través del denominado Movimiento 15M ¿Cómo hincarle el diente a un sistema que usted ha criticado repetidamente?
-Como dicen en Brasil, ‘Hay que empezar comiendo por abajo’, ya que cuando te planteas el cambio a nivel global, te sobrepasa... Entonces, las transformaciones han de venir desde dónde nosotros somos capaces de abordarlas, a nivel de nuestro entorno personal. Lo primero es el cambio desde uno mismo para luego dar el salto a la familia y, después, trabajar en el barrio. La honestidad personal extendida a tu entorno y al barrio donde vives, pero hay que tener en cuenta que cuando entra la Política por medio, se complica todo.


-¿Cuáles son las bases sobre las que se debe cimentar ese ‘Otro mundo posible’ que usted no se cansa de reivindicar?
-Las únicas bases posibles que han de dar respuesta a este sistema capitalista se fundamentan en la Educación. Hay que intentar recuperar una educación ética, una educación basada en el esfuerzo y el trabajo porque parece que hoy en día el que trabaja, es tonto, y el que no trabaja y trapichea, es el listo. Un problema fundamental hoy en día son las mafias. Las dictaduras del siglo XX eran militares y ahora, las dictaduras del siglo XXI en todo el mundo, son las mafias que, incluso en algunos países como México, son mucho más poderosas que los propios gobiernos y se constituyen como el fenómeno más violento y peligroso de nuestra sociedad.


-Precisamente, algunos países del mundo árabe se acaban de levantar contra esas dictaduras militares que les tenían reprimidos..
-¿Y qué ha cambiado realmente?. Nada. En Egipto, por ejemplo, el pueblo salió a la calle en un acto comunitario muy valiente pero el ejército continúa controlando el país. Yo no creo que se tenga que gritar victoria. Tenéis que perdonarme que no sea optimista por ahora, ya que repito: el poder sigue estando en manos del ejército.


-En este repaso por la actualidad mundial, ¿qué opinión le merece la actuación de Estados Unidos, con Obama al frente, en la muerte de Bin Laden?
-En el tema del asesinato de Bin Laden hay muchas zonas con sombra. No es que quiera hacerme el conspiracionista, pero es un asunto muy turbio que no está nada claro. Además, viniendo estas decisiones de un Premio Nobel como Obama...(ríe irónico). La próxima vez, que le den este premio a Mickey Mouse...


-¿Y en cuanto a las reformas aperturistas en Cuba que impulsa Raúl Castro?

-Lo único que puedo decir es que los medios de comunicación occidentales deberían ser un poco más justos en el trato informativo que se le da a este país. Cuba no es un paraíso, tiene sus problemas y trabaja en su proceso. No se puede decir que el infierno en Latinoamérica es Cuba. El infierno está en Haití, por ejemplo.

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