viernes, 18 de diciembre de 2009
Miquel Gil, un "cantaor" para el siglo XXI
Miquel Gil (Catarroja-Valencia, 1956) lleva una honesta trayectoria musical a sus espaldas desde que Vicent Torrent le diera el empuje para ponerse ante un micrófono. Corrían los tiempos del emblemático grupo valenciano “Al tall”, a principios de los ochenta, pero ahora lleva tres discos en solitario y prepara un cuarto. Siempre fiel a sus orígenes, se enorgullece al reivindicar un código de música tradicional valenciana que durante más de mil años ha formado parte de la cultura musical autóctona y que piensa que, entrados en un nuevo siglo, “aún es útil y más en una sociedad globalizada como ésta”, afirma.
-¿Qué pasa que se le ve tan poco por estas, sus tierras?
Eso quisiera yo saber. Hace seis años que triplico el número de actuaciones en Italia comparado con el territorio valenciano.
-Vaya, y ¿eso a qué es debido?
Pues, te tienes que escuchar, por ejemplo, de boca de ciertos gestores culturales que programan en base a lo que dice el Babelia o la Radio 3 de turno que, la música en valenciano no tiene público, que es mala…Y yo les diría a esos gestores que salieran fuera y que vieran como sesenta mil personas corean en Düsseldorf (Alemania) las canciones de “L’Ham de foc”. Los gestores culturales y los políticos culturales van a cosas seguras y persiguen lo mediático, aquello que está de moda.
-Y tal como están las cosas en la industria discográfica con las descargas de Internet, mal asunto ¿no?
Te planteas los discos de otra manera. El disco es como una inversión, una forma de dar la noticia de que has hecho un nuevo trabajo, los medios amplifican la noticia, llegas al público y en el directo es donde ganas dinero. El disco era antes parte del negocio y ahora es, simplemente, una noticia. En cuanto a los conciertos, el folk nunca ha sido muy mediático y, por tanto, los que nos dedicamos más a la cultura que a la industria, estamos padeciendo menos este momento.
-Siempre ha sido un hombre muy comprometido ideológicamente, ese compromiso salpica de forma muy clara su trabajo musical…
Yo reivindico la música y reivindico la utilidad del código tradicional valenciano de mil años de cultura musical valenciana de cara al siglo XXI. Creo que aún es útil y bien útil; y más en una sociedad globalizada como la nuestra en la que podemos transformar lo local en universal. Estamos a un “click” de escuchar a un grupo de la otra parte del mundo.
-Está preparando nuevo disco, según tenemos entendido una producción de esas que llama “raras” realizada por el puro placer de hacerla, sin más pretensiones…
Efectivamente. Se trata de uno de esos discos que intercalo en un ciclo de tres años entre disco y disco oficial. Es un disco de versiones con salida estilística hacia otros territorios musicales en los cuales nunca he trabajado, con temas de Cole Porter, Sting, Humet, entre otros.
-Y mientras este disco termina de tener forma, prepara ya un cuarto en solitario ¡Está que no para!. Háblenos de ese trabajo.
Continúo en la línea de “Orgànic”, con una parte musical en deconstrucción de la música tradicional valenciana y unos textos de poetas contemporáneos: Enric Cassases, Ramón Guillem, Manel Rodríguez. Soy reincidente en algunos nombres sin quererlo, ya que te gustan determinadas formas de escribir.
-A estas alturas de su vida, ¿cómo define su momento actual?
Soy un privilegiado que trabajo en lo que me gusta, en un juego de fidelidades y apetencias. A nivel personal, me tengo que encontrar bien conmigo mismo, porque sino no podré ser útil a nada, ni a nadie.
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