miércoles, 20 de abril de 2011
Las 'Pequeñas cosas' de Sole Giménez
Las ‘Pequeñas cosas’ que dan título a su cuarto disco en solitario son las que le importan en su vida y, ahora, en una espléndida madurez profesional y personal, continúa la línea iniciada en su anterior disco ‘Dos gardenias’ al versionar y reinventar once grandes temas de la música en clave de latin jazz, sin dejar de lado su fructífera faceta como compositora.
Sole Giménez va paso a paso pero muy segura en esa nueva trayectoria musical que emprendió en solitario al dejar la que fuera su banda durante veinte años ‘Presuntos Implicados’. El pop no es ahora su prioridad y sí el jazz, esa forma de reinterpretar grandes temas latinos que debe ser todo un lujazo para una cantante como ella con tantos registros vocales.
- Tres a uno. Con ‘Pequeñas cosas’ son tres los discos de versiones y uno, ‘La felicidad’, con temas propios. ¿Le interesa más en estos momentos esta vertiente de la creación musical?
-Me interesa todo porque yo siempre estoy dispuesta a aprender y el hecho de hacer una nueva canción a partir de una ya existente, es un proceso complicado bastante traumático y que dura tiempo ya que tienes que pelear con la canción hasta llevarla al registro del latin jazz. Este proceso de reinventar las canciones de otros y hacer una nueva resulta interesante y divertido y requiere mucha creatividad. Es algo muy diferente al hecho de componer, donde pones más de ti, de tus inquietudes, es un poco como hacer psicoanálisis, salen cosas que parece que no van contigo.
-Imagino que algunas canciones se le habrán resistido..…
-Y tanto que sí. De hecho, las que no están, es que no ha habido manera. Pero no se trata solo de una canción en concreto, si no del momento en el que te pille, de cómo buscarle la media vuelta. Se puede dar el caso de que al hacerla no se aporta nada o suena igual que antes y hay que buscarle un nuevo ritmo…
-Y ahí los músicos que le rodean juegan un papel fundamental..
-Dentro de mis posibilidades, siempre procuro rodearme de muy buenos músicos, porque también quiero aprender de ellos y de mis posibilidades como cantante, compositora e intérprete. No quedarme en el pop y evolucionar.
-Vale, esa puede ser la explicación de porqué tras su disco ‘La felicidad’ inicio, por así decirlo, otra senda dentro del mismo camino…
-‘La felicidad’ fue un disco necesario, una toma de tierra. Luego me di cuenta de que me apetecía hacer otras cosas al margen del estilo del pop y subirme al escenario con músicos. Yo ahora me doy cuenta de que como intérprete tengo un repertorio que quita el hipo, ni en sueños podía imaginarme esto, y es muy bonito alcanzar la complicidad con el público a través de estas canciones tan conocidas.
-Dice que ‘La felicidad’ fue un disco necesario. Fue también un disco muy valiente donde se ‘desnudaba’ en parcelas duras de su vida privada y mostraba también sus dotes como compositora. Como reza uno de los temas de su disco, ¿éste no fue hecho por casualidad, no?
-Efectivamente, yo no creo en las casualidades y, lo bueno o lo malo que nos pase en la vida es una manera de aprender. Todo lo que pasó entonces tenía que suceder para que aprendiéramos todos. El aprendizaje que obtenemos de esos momentos duros son los que te hacen crecer como persona.
-Y para finalizar, ¿cuales son las pequeñas cosas que le importan a Sole Giménez?
-El sol que luce hoy en Valencia, por ejemplo, la sonrisa de mi hija, en definitiva, esas cosas importantes que hacen que te suba el ánimo..
martes, 19 de abril de 2011
El viajero del siglo XXI
No es un cuaderno de bitácora, ni un libro de viajes, ni una guía de itinerarios turísticos, ni tampoco es un manual de Geografía. El libro de Paco Tortosa ‘De viatge per terres valencianes. Al segle XXI i en el marc de la sostenibilitat’, que acaba de editar Carena Editors, es inclasificable. Es posible que, sin saberlo, Paco Tortosa acabe de alumbrar un nuevo género, todavía sin bautizar, y que quizá sirva de oráculo para los futuros viajeros del siglo XXI, aquellos que se atrevan a mirar el paisaje natural y cultural que les rodea con ojos críticos. Y es que el autor de la serie ‘Passejades’, el primer volumen de una serie de tres que ha comenzado por las comarcas de la provincia de Valencia y que tendrá continuidad en Castellón y Alicante, pretende claramente despertar en el lector la motivación por descubrir el territorio que le es consustancial y, posteriormente, animarle para que reflexione sobre su entorno.
A Paco Tortosa, geógrafo y fotógrafo autodidacta valenciano, y pionero también del cicloturismo en España, le avalan sus treinta años viajando por el mundo con su bicicleta, la experiencia de pisar tierra y recorrer camino, siempre atento y con la cámara de fotos para captar ‘ese preciso detalle’, ese que le ayude a explicar, a denunciar o, simplemente, a gozar. Comenzó escribiendo en la cartelera Turia esos recorridos por tierras valencianas que, ahora, forman parte de este primer libro. “Es como un dietario de viajes, unas crónicas de viajes –explica-, en las que tienen cabida las emociones que me han causado los lugares que he visitado y las gentes que he conocido”.
Y de esta manera, Paco Tortosa estructura el libro por comarcas y, como si de un reportaje periodístico se tratara, titula, en casos, subtitula, completa con fotografía y pie y, por último, añade una cita de un autor valenciano y nos descubre cómo Vicent Andrés Estellés o Joan Fuster también repararon en su tierra y escribieron sobre ella.
No falta en el libro de Paco Tortosa ese toque de atención hacia la degradación y la aniquilación que sufre la huerta de Valencia o el deterioro de nuestras costas, pero también tiene cabida la admiración por la belleza de unas oliveras o la recomendación de una casa rural. Ahora sí, y en eso se muestra taxativo: el coche se queda en casa. “El concepto de turismo rural está equivocado –afirma-. Tenemos que empezar a apostar por nuestro valioso patrimonio ofreciendo paquetes turísticos a grupos, en base a estructuras culturales naturalistas no motorizadas, ya que existe mucha demanda en este sentido y no somos capaces de cubrirla”.
Para acabar, comenta Paco que este libro es el embrión en un ambicioso proyecto que le ha encargado el Servicio de Publicaciones de la Universitat de València: 20 volumnes de itinerarios no motorizados por el País Valencià, a realizar durante cinco años. Como si de un Cavanilles del siglo XXI se tratara, Paco Tortosa perfilará 4.000 kilómetros de itinerarios, fuera de sendas marcadas y carreteras, a su aire, y siempre bajo la bandera de ese turismo natural y cultural no motorizado que no se cansa de reivindicar.
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