Hoy, 8 de marzo de 2010, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Hoy, 8 de marzo de 2010 , leo casualmente las últimas páginas de una novela titulada "La mujer rota", escrita por la escritora francesa feminista
Simone de Beauvoir hace ya más de cuarenta años y, reeditada recientemente por el periódico Público dentro de su colección de Pensamiento Crítico, que recomiendo. Y hoy, 8 de marzo de 2010, las cabeceras de los principales periódicos de todo el mundo recogen una noticia de que
Kathryn Biggelow ha sido la primera mujer en la historia de estos galardones que se ha llevado el premio a la mejor dirección por su trabajo en la película "En tierra hostil". Recordemos que los Oscars cumplieron ayer su 82 edición. Esto quiere decir que ¿en casi un siglo de vida de esta ceremonia ninguna mujer ha sido merecedora de esta distinción?. Venga ya...., podría enumerar a unas cuantas. La entrega de este premio tenía cierto morbo, además, según rezaban todos los medios, al ser candidato nominado también en este apartado su ex marido
James Cameron por la película "Avatar". El morbo venía por ahi y no por un trabajo cinematográfico que no entraremos a valorar pero que bien se merece un respeto ¿o no?.
Pues bien, estos tres hechos casuales y que mi mente ha asociado de manera automática esta mañana , ponen en evidencia que aún nos queda mucho camino a las mujeres por alcanzar esa igualdad de género en un mundo donde el poder patriarcal está cada vez más acentuado a través de las políticas neoliberales que se llevan a cabo.
"La mujer rota" de Beauvoir fue escrita, ya digo, en 1968 y leyendola hoy, 8 de marzo de 2010, tiene una vigencia que asusta. La historia de esas tres mujeres rotas que relata la novela, partidas literalmente por la mitad, divididas en trozos, que deben ensamblarse, en una unicidad que les confiera de nuevo su carácter como ser humano. Si a estas alturas las mujeres no tenemos claro que a nuestra condición femenina se sobrepone o superpone nuestra condición como seres humanos, con los mismos derechos y deberes que nuestros compañeros del sexo masculino, mal andamos. El feminismo es una suerte de humanismo que defiendo de forma militante y combativa.
Las mujeres seguimos estando rotas en una tierra hostil que continúa estando dominada por los hombres. Ya lo dijo en su momento Simone de Beauvoir: "El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres".
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