lunes, 7 de noviembre de 2011
Pessoa en día gris
En lunes gris de un año casi agonizante, en noviembre, cuando llora el día, abro Pessoa en página 172 y leo: "Me encontré en este mundo cierto día, ya no se cuál, y hasta ese momento, desde el momento en que obviamente nací, había vivido sin sentir. Si pregunté dónde me encontraba, todos me engañaron, contradiciéndose todos. Si pedí que me dijeran lo que haría, todos me hablaron falsamente, y cada uno me dijo una cosa personal. Si, por no saber, me paré en el camino, todos se pasmaron de que no siguiera hacia donde nadie sabía lo que había, o no me volviera para atrás-yo que, despierto en la encrucijada, no sabía de dónde procedía. Vi que estaba en escena y no me sabía elpapel que los demás enseguida recitaban, sin saberlo también. Vi que estaba vestido de paje, y no me dieron reina, culpándome de not enerla. Vi que tenía en las manos el mensaje que entregar, y cuando les dije que el papel estaba en blanco, se rieron de mí. Y todavía no sé si se rieron porque todos los papeles están en blanco, o porque todos los mensajes se adivinan.
Finalmente, me senté en la piedra de la encrucijada como a la lumbre del hogar que nunca tuve. Y empecé, a solas conmigo mismo, a hacer barcos de papel con la mentira que me habían dado. Nadie quiso creerme, y no por mentiroso, y yo no tenía lago donde probar mi verdad".
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